martes, octubre 31, 2006

alone in the night

domingo, octubre 29, 2006

j. alfredo jimenez

"Y siento en mi ser tus besos
no le hace que estés tan lejos"

martes, octubre 24, 2006

recuerdas?

“¿Alguna vez has intentado recordar el último beso que le diste a aquella persona?
¿Y habría sido diferente si hubieras sabido que iba a ser el último?”

Hace unos días escuché a alguien que meditaba sobre esta cuestión, acerca de lo fugaces que son algunos instantes que finalmente se pueden convertir en ese último momento.

Pudo ser un beso rápido, de esos en los que no te da tiempo ni a notar el calor de los labios del otro, de los que en otras circunstancias habría sido imposible no repetir.
O un beso despistado, que devuelves casi sin darte cuenta, mientras la cabeza se empeña en distraerte con cualquier tontería.

Si supiera que iba a ser el último beso miraría a los ojos y tomaría su cara entre mis manos. Besaría lentamente, notando cómo se enrojecen las mejillas, cómo tiembla el corazón, respirando profundamente para no olvidar ese olor. Sería un beso al borde del desmayo, estremecedor.

Vive como si este fuera tu último momento, besa como si no fueras a volver a besar nunca más.

lunes, octubre 23, 2006

recuerdo hoy

Son las 11 43 pm tiempo de Boston, y no se que me esta pasando, bueno, quizas la respuesta esta en que estoy lejos de la gente que amo y me quiere, pero fuera de eso algo me revuelve el estomago, no estoy (feliz) bien, quiero llorar, no me conocen... no lloro, los hombres no. Pero porque hoy me siento asi, la nostalgia, el dolor, el temor, porque, eso hoy... no quize eso hoy no me esperaba algo asi, comentarios palabras, porque duelen tanto, es la hora, es mi vida, es hoy, que duele tanto???? porque no concibo respuesta, que debo hacer.... dormir, eso sera lo mejor quizas mi cabeza pueda estar mas ubicada, mas coherente, menos fragil, un poco menos susceptible, ME AMA, lo se, me lo dice, pero porque ese comentario hoyyyy, no entiendo, solo queria felicidades te amo no mas, porque porque, la gente, mis amigos, mis intimos... nadie logro hacerme algo lindo... nadie solo ella, mi familia, hermoso mensaje, sonrisa, enorme, princesa, solo...tan solo, soledad, tan solo se... que te necesito, estoy divagando pero eso lo se, quisiera estar en tus brazos, escucharte, olerte, sentirte, quererte mas y mas y eso es un hecho pero no puedo esbozar sonrisa ya no hoy... se acabo hace dos minutos, ayer mi aniversario comenzo bien, acabo... acabo. Y yo no dejo de amarte, porque vas de mi mano, porque creo en ti. no lo hagas mas y no lo intentare hacer yo, porque, duele.

23 y un dia de vida el joven mas viejo del mundo

sábado, octubre 14, 2006

cagada de paloma?

Sr. una paloma está cagando sobre su cabeza.
Porque existen palomas que cagan sobre tu cabeza, pero también existen cagados de la cabeza. Y si yo dijera la verdad, y si te dijera como son las cosas... Pero tu cabeza no soportaría la verdad. Nada te sostiene ya. Es demasiado tarde para la verdad. Es fácil ser estatua de mentira. Es fácil ser hombre estatua. Es fácil ser algo para todos y no ser nada la verdad. Sería fácil seguir mintiendo. Al final el pájaro cagó en tu cabeza y tu no te diste cuenta porque no eras más que un hombre de mentira. Hombre imaginario diria Harry H. Yo le llamo hombre de mierda. Eras otra estatua más en una plaza de domingo. Y yo soy el niño que compra un remolino y se va feliz corriendo. Se va feliz. Corriendo. Sintiendo el viento. Sintiendo la verdad caer a mi pies, sintiendo la verdad al respirar. Pero ya sabíamos que siempre preferí la verdad. Y nunca seré una estatua. Nunca seré de mentira. Siempre, seré más real. Más real que tu falsa realidad. Y nunca estaré siempre presente ausente como estatua. Cuando me voy es de verdad. Cuando me retiro no estoy. Pero si te dije que esta era la verdad. Es que te solias imponer casi sin querer.

jueves, octubre 12, 2006

Que es Magia


La Magia esta en todas partes, donde mires alli esta, persiguiendo a la miradas de aquellos asombrados, aquellos que guardan a ese niño inocente que todo lo pregunta y que todo lo impacta. A ese infante, que le debemos seguir haciendo creer que la magia, al igual que el amor esta en todos lados.
En la luz las sombras y en la oscuridad destellos de luz que dibujan en nuestra imaginacion cuentos que nunca se contaron, historias unicas, fantásticas que solo saben vivir dentro nuestro y nos impulzan a seguir soñando y a seguir el camino, ese camino que nos sopla la ruta nuestro corazon...
ese sitio en el cual tu vas de mi mano princesa mia, nuestra ruta hacia nuestro amor.
Ese teatro magico, un teatro fantastico, un teatro de ilusion...

.Pdp.

domingo, octubre 08, 2006

Un artista del trapecio

Un artista del trapecio
[Cuento. Texto completo]
Franz Kafka

Un artista del trapecio -como se sabe, este arte que se practica en lo alto de las cúpulas de los grandes circos es uno de los más difíciles entre todos los asequibles al hombre- había organizado su vida de tal manera -primero por afán profesional de perfección, después por costumbre que se había hecho tiránica- que, mientras trabajaba en la misma empresa, permanecía día y noche en el trapecio. Todas sus necesidades -por otra parte muy pequeñas- eran satisfechas por criados que se relevaban a intervalos y vigilaban debajo. Todo lo que arriba se necesitaba lo subían y bajaban en cestillos construidos para el caso.
De esta manera de vivir no se deducían para el trapecista dificultades con el resto del mundo. Sólo resultaba un poco molesto durante los demás números del programa, porque como no se podía ocultar que se había quedado allá arriba, aunque permanecía quieto, siempre alguna mirada del público se desviaba hacia él. Pero los directores se lo perdonaban, porque era un artista extraordinario, insustituible. Además era sabido que no vivía así por capricho y que sólo de aquella manera podía estar siempre entrenado y conservar la extrema perfección de su arte.

Además, allá arriba se estaba muy bien. Cuando, en los días cálidos del verano, se abrían las ventanas laterales que corrían alrededor de la cúpula y el sol y el aire irrumpían en el ámbito crepuscular del circo, era hasta bello. Su trato humano estaba muy limitado, naturalmente. Alguna vez trepaba por la cuerda de ascensión algún colega de turné, se sentaba a su lado en el trapecio, apoyado uno en la cuerda de la derecha, otro en la de la izquierda, y charlaban largamente. O bien los obreros que reparaban la techumbre cambiaban con él algunas palabras por una de las claraboyas o el electricista que comprobaba las conducciones de luz, en la galería más alta, le gritaba alguna palabra respetuosa, si bien poco comprensible.

A no ser entonces, estaba siempre solitario. Alguna vez un empleado que erraba cansadamente a las horas de la siesta por el circo vacío, elevaba su mirada a la casi atrayente altura, donde el trapecista descansaba o se ejercitaba en su arte sin saber que era observado.

Así hubiera podido vivir tranquilo el artista del trapecio a no ser por los inevitables viajes de lugar en lugar, que lo molestaban en sumo grado. Cierto es que el empresario cuidaba de que este sufrimiento no se prolongara innecesariamente. El trapecista salía para la estación en un automóvil de carreras que corría, a la madrugada, por las calles desiertas, con la velocidad máxima; demasiado lenta, sin embargo, para su nostalgia del trapecio.

En el tren, estaba dispuesto un departamento para él solo, en donde encontraba, arriba, en la redecilla de los equipajes, una sustitución mezquina -pero en algún modo equivalente- de su manera de vivir.

En el sitio de destino ya estaba enarbolado el trapecio mucho antes de su llegada, cuando todavía no se habían cerrado las tablas ni colocado las puertas. Pero para el empresario era el instante más placentero aquel en que el trapecista apoyaba el pie en la cuerda de subida y en un santiamén se encaramaba de nuevo sobre su trapecio. A pesar de todas estas precauciones, los viajes perturbaban gravemente los nervios del trapecista, de modo que, por muy afortunados que fueran económicamente para el empresario, siempre le resultaban penosos.

Una vez que viajaban, el artista en la redecilla como soñando, y el empresario recostado en el rincón de la ventana, leyendo un libro, el hombre del trapecio le apostrofó suavemente. Y le dijo, mordiéndose los labios, que en lo sucesivo necesitaba para su vivir, no un trapecio, como hasta entonces, sino dos, dos trapecios, uno frente a otro.

El empresario accedió en seguida. Pero el trapecista, como si quisiera mostrar que la aceptación del empresario no tenía más importancia que su oposición, añadió que nunca más, en ninguna ocasión, trabajaría únicamente sobre un trapecio. Parecía horrorizarse ante la idea de que pudiera acontecerle alguna vez. El empresario, deteniéndose y observando a su artista, declaró nuevamente su absoluta conformidad. Dos trapecios son mejor que uno solo. Además, los nuevos trapecios serían más variados y vistosos.

Pero el artista se echó a llorar de pronto. El empresario, profundamente conmovido, se levantó de un salto y le preguntó qué le ocurría, y como no recibiera ninguna respuesta, se subió al asiento, lo acarició y abrazó y estrechó su rostro contra el suyo, hasta sentir las lágrimas en su piel. Después de muchas preguntas y palabras cariñosas, el trapecista exclamó, sollozando:

-Sólo con una barra en las manos, ¡cómo podría yo vivir!

Entonces, ya fue muy fácil al empresario consolarlo. Le prometió que en la primera estación, en la primera parada y fonda, telegrafiaría para que instalasen el segundo trapecio, y se reprochó a sí mismo duramente la crueldad de haber dejado al artista trabajar tanto tiempo en un solo trapecio. En fin, le dio las gracias por haberle hecho observar al cabo aquella omisión imperdonable. De esta suerte, pudo el empresario tranquilizar al artista y volverse a su rincón.

En cambio, él no estaba tranquilo; con grave preocupación espiaba, a hurtadillas, por encima del libro, al trapecista. Si semejantes pensamientos habían empezado a atormentarlo, ¿podrían ya cesar por completo? ¿No seguirían aumentando día por día? ¿No amenazarían su existencia? Y el empresario, alarmado, creyó ver en aquel sueño, aparentemente tranquilo, en que habían terminado los lloros, comenzar a dibujarse la primera arruga en la lisa frente infantil del artista del trapecio.

FIN
dedicado a todos mis amigos que se sienten desplazados por edad, o incapacidad

domingo, octubre 01, 2006

six flags n' speedy GONZALEZ

El hombre es genio; La mujer es Angel. El genio es inmesurable; El Angel es indefinible. Se contempla lo infinito, pero se admira lo indefinible. Cynthia Viridiana Je't aime